domingo, 31 de julio de 2016

Hace sueño.

Era.
Era de esas personas que pasan desapercibidas, a las que no te paras a mirar detenidamente.
Creo que las personas más grandes tienen el poder de parecer las más normales y él, pues era de lo más normal. Y de lo más especial que había conocido.
Tenía una sonrisa bonita, viva, pura, no quizás la más delicada o perfecta, pero cuando sonreía te hacía sonreír. Era de esas sonrisas que tienen verdad, que saben de reír. Eso lo volvía único: sabía mucho de reír, de ser feliz, de hacer las cosas fáciles. Eso implicaba que, también sabía lo que era el dolor. Aunque nunca lo pareciese, no importa. Tenía que saberlo, nadie puede ser tan maravilloso sin haber sufrido antes.
Me hacía feliz, siempre. Y a veces cuando estaba no lo notaba, pero, cuando se iba, dejaba un vacío. Se quedaba todo más desierto, y ahí empezó mi problema.
El problema es que hacía ruido, que todo lo que nunca había escuchado empezó a llenarme el alma y, mi estúpida cabeza ya tatareaba el sonido de su respiración, de sus chistes malos y de sus frases tontas. Era de esas personas que te hacían libre, con la que podías hablar, gritar, llorar, reír y tenías la seguridad que en todas iba a estar para mejorar cualquier situación. Tenía el don de hacer de cualquier cosa algo que mereciese la pena vivir.
Era especial, porque la gente especial es la que te hace sentir especial y, sin duda él lo era. Y casi segura que no querría serlo, que es involuntario por su parte, pero lo era, era diferente. A veces, pasan cosas y personas en tu vida que te hacen hacerte preguntas y, constantemente cuando pienso en él me las hago. A veces tienes una vida hecha, una madurez y un aprendizaje que crees que te permite decidir a quien puedes querer o no, y, para ese entonces, llega alguien que te mira, que te sonríe y que sin apenas hacer nada consigue que tiembles. Y te jode, porque no se ha ganado ese cariño, pero, sin embargo, no puedes evitar vibrar cada vez que escuchas su nombre, pasa un coche igual al suyo o escuchas una canción que te enseñó algún día. Y te enfadas contigo misma porque estas cosas no deberían pasarte, no en un margen tan pequeño de tiempo. Pero, la cuestión es, que te pasa. Y él me pasó casi tan veloz y tan fuerte como un cohete. Y se fue. Y es de esas pérdidas que te arañan el alma porque se van aunque parezca que se quedan. Pero no. En el fondo nunca se quedan, porque lo notas dentro, porque todo ese ruido que hizo ahora es silencio: un enloquecedor silencio. Y duele, para que mentirnos, si todavía a veces sigue escociendo. A veces alguien te echa de su vida: no queriendo, no porque no te tenga cariño, ni siquiera porque no le hagas feliz, a veces te echan de su vida porque no es lugar, ni momento, y es duro, pero tienes que aceptarlo y esperar que el tiempo te haga entender porqué.
Soy feliz, con varios momentos de tristeza pero, os prometo que soy feliz. Y él, sin darse cuenta y sin imaginarlo, me ha enseñado a serlo más. Hay cosas muy breves que tornan a eternas en el alma por lo que te enseñan, por lo que te ofrecen. Es casi imposible de creer todo lo que me ha enseñado en tan poco tiempo, con tan poco empeño. Tengo que agradecerle mucho aunque no será ahora que estoy dolida cuando lo haga, pero, el día que tenga valor, que todo pase, que de verdad le mire y entienda que éste no era mi momento, mi ocasión, mi lugar y, por muy jodido que me suene, mi persona, el día que entienda que marcharse fue lo mejor para ambos y ya no me duela pensarlo, ojalá pueda mirarle a los ojos y agradecerle tanto. Aunque no se lo crea, aunque le parezca exagerado, aunque apenas recuerde mi nombre. Ojalá ese día pueda decirle que lo rápido que pasó fue suficiente para hacerme una persona mejor.
Era una persona especial, pura, noble, maravillosa. De las que no se dan cuenta lo increíbles que son.
Y lo es, y probablemente si la vida no hace muchos estragos en su corazón, lo será siempre. Y tengo que escribirlo para que mi rabia no me impida verlo.
Nunca he conocido a nadie que merezca tanto ser feliz.
Suerte bicho, aunque no la necesites. Se libre.