Tenía que esperar.
Hola, ante todo. Ha sido mucho tiempo, ya no recuerdo cuánto.
No voy a juraros, me conocéis mejor que yo a mi misma, sabéis que tengo los
ojos llenos de lágrimas y las manos temblorosas, esto me recuerda a una de esas
primeras veces… quién lo diría.
Creo que tengo tantas cosas que decir y ninguna son excusas.
Me perdí y casi os pierdo, o quizás no vaya a perderos nunca. Ni idea. Solo sé
que lo siento. No me atrevería a decir que ha pasado exactamente para que
sucediera esto, solo sé que ha pasado y que, mi vida sin vosotras siempre ha
estado un poco más vacía. Yo era menos yo, ya sabéis, era como una flor que
aunque no muere, le faltan sus pétalos.
Si tuviese que contar todas las lágrimas derramadas, creo
que no podría, os he echado de menos pero, no podía, no estaba preparada. Y me
he sentido sola, perdida en mi nueva vida maravillosa pero que no fui lo
suficientemente capaz de compaginar con vosotras. No fui fuerte, y no quiero
castigarme, tengo derecho a haber sido débil y frágil, y a fallar, y a perder
alguna batalla, y a querer abandonar. Pero ahora… ahora es como volver a
empezar, siento mi mente bombardeando millones de cosas por segundo, tiemblo y
lo único que sé que no quiero irme otra vez. Os he echado tanto de menos.
Y es que formáis parte de mi, de mi esencia. Durante mucho
tiempo me he preguntado y me he cuestionado a mi misma, y no he comprendido mi
locura, a veces entrañable pero a veces tan venenosa que casi me mata. He
vuelto a ser un bicho raro, me he sentido fuera de lo normal, vacía, sin
encajar. Pero no se me ha notado, porque claro, ¿cómo voy a permitir eso? No
podía. Hay veces en tu vida que no puedes permitirte ser débil, aunque el fondo
seas una copa de cristal capaz de resquebrajarse con solo un sorbo con más
ímpetu. Y he vuelto a tener muchas veces 15 años, y he vuelto a sentirme
perdida, y en estos meses he vuelto tantas veces a mirarme al espejo a ver si
volvía y a ver si os veía, que casi desgasto mis retinas. Pero ahora… ahora que
más da. No quiero irme, no quiero dejaros, no quiero que seáis uno de esos
sueños que cuando tienes 70 años les cuentas con nostalgia a tus nietos, hay
muchas cosas en mi loca cabeza, ideas que van y vienen y proyectos que antes de
ganarse un lugar en mi corazón ya han desaparecido en mi mente. Pero vosotras
no… vosotras sois aquello a lo que no puedo renunciar. Y ahora… aquí estoy,
siendo la misma loca de siempre con su inestabilidad emocional dispuesta a
decirle al mundo que sigo aquí, que esta parte de mi sigue viva. Que sois parte
de mi y que el tiempo lo ha intentado, pero no ha podido. El tiempo es fuerte,
pero no puede con todo. Ahora nuestro camino no sé cuál será, pero sé una cosa…
ahora estamos juntas. Como siempre, pero mejor que nunca.
Gracias por ser esa parte de mi que me hace encontrarme en
el espejo, y enseñarme que ser la rara, puede ser lo mejor del mundo.
Empezamos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario