Todos sabéis que hay cosas que no se pueden explicar, ¿verdad?. Como eso de Dios, la religión y tal. Hay cosas en el mundo, que no se pueden ver, pero que es cuestión de algo llamado "fe" creerse. Bien, yo conozco algo que a pesar de que no se puede ver, se sabe que está. Algo que no todos oyen, pero nosotros dos, sabemos de que melodía estamos hablando. Algo que no se puede explicar, pero que se sabe que está ahí. Exacto.
Hablo de levantarse cada mañana y que la primera cosa que se te venga a la cabeza es un; "Ojalá estuvieses aquí.". De ir corriendo al ordenador y escribir un "buenos días" a alguien que aún duerme, pero que cuando despierte, aunque sea un instante sonreirá. Hablo de sensaciones. ¿Que son las sensaciones? Es como una serpiente que de momento se mueve por nuestro interior y nos hace cosquillas. Es estar sentada y que una mano te roce el hombro, un beso robado, dos miradas que se cruzan y se quedan a mitad del camino, unidas, escribiendo el resto de una historia que.. no se puede explicar. Hablo de los besos de por la mañana, de como cada palabra, la más simple del mundo, describe algo que a su vez, no se puede describir. Es el todo de la nada, el siempre del "nunca". El ser o no ser. Es verlo sonreír y que de momento todo haga.. "PLOF" y desaparezca. ¿Donde estoy? No lo sé. ¿Qué hago aquí? Ni idea. Y entre tanta pregunta sin respuesta viene él, te coge de la cintura y te contesta besándote a la única pregunta que de verdad te merece la pena realizar; ¿Quién soy? Soy suya.
Amor, euforia, deseo, pasión, ganas. Una mezcla de tantas cosas que no se pueden explicar, que hacen lo inexplicable. La cuestión es que cada noche al acostarte, miras ese lado vacío de la cama y sonríes pensando en cuando esa persona lo llenó, entonces te tapas, te das la vuelta y te encojes, dejando un hueco por si llega, que sepa que ese es su sitio. Las cosas son más fáciles de lo que parecen. "Te echo de menos, voy a buscarte" y se acabó. Dos personas que se aman tienen que estar juntas. No hay más. Es una guerra constante en la que hay que afrontar las cosas. Es una guerra entre nosotros y el tiempo, las adversidades. Pero yo muero. Muero cada vez que me mira, o me sonríe. Cada vez que me besa, o me toca, o me hace suya. Cuando me abraza o me acaricia, incluso cuando me hace cosquillas o bromea. Muero cuando dice que soy muy fea, y cada vez que dice que soy preciosa. Muero en cada palabra y gesto. Y ¿sabéis qué? jamás imaginé que en esta guerra, morir a cada instante fuese la forma más increíble de ganar.
¿Y dos años? ¿Qué son dos años?
Setecientos treinta días, diecisiete mil quinientas veinte horas, un millón cincuenta y un mil doscientos minutos. ¿Eso son dos años? ¿Qué es el tiempo cuando lo mínimo que quieres pasar a su lado, es el resto de tu vida? Dos años son mucho más que millones de segundos y horas aprendiendo y conociendo a lo que pasará a ser tu verdadero mundo. Un veintiuno cualquiera de Noviembre. Dos años es más que besos, que amor, que una lucha constante Dos años es mucho más que lo que cualquiera pueda creer. Es más que experiencias, momentos, planes, decepciones, ilusiones.. Dos años es una salvación. Es el tiempo justo en el que te das cuenta lo que merece de verdad la pena, y lo que no. Es lo que tarda el pasado en dejar de doler, el presente en ser vivido y el futuro en ser ansiadamente esperado. Dos años es más que un amor grandioso. Es alguien que te ve caer a un pozo y sin darse cuenta te dice "sal de ahí, yo he estado y no sirve de nada". Es alguien que te dice toma mi mano, alguien que no hace falta preguntarte "¿qué te pasa?" cuando ya te está levantando la barbilla y diciendo "aquí estoy". Dos años es una vida nueva, con otro color y una forma diferente de ver las cosas. Dos años es saber que al otro lado hay alguien que espera tus buenas noches y que sabes que tu esperas las suyas. Son dos años en los que de repente aparece alguien y lo cambia todo. Y cambia cada molécula de dolor que tu corazón esconde. Alguien que destruye tus barreras, que saca de ti lo que ni siquiera tú conocías. Alguien con quien no tienes que esconderte ni disimular, alguien que no sentirá lástima de ti, alguien que te ayudará pero no tendrá compasión. Alguien que no intentará ponerse delante tuya para guiarte ni detrás para empujarte, alguien que se pone a tu lado y comparte sus experiencias, alguien que te aconseja y que quiere que cada noche te acuestes teniendo el poder de decir "soy feliz".
¿Y tú? ¿Quién eres tú?
No te puedo explicar. No hay palabras en el mundo que sirvan de agradecimiento por lo que has echo por mi. No hay nada con lo que pueda pagarte que me salvaras, que me guiaras, que me enseñaras y que después de todo, permanezcas a mi lado. Hoy quiero escribirte lo que nunca te he dicho. Eres el único que sabiendo todo de mi, de mi pasado y presente, quieras aún tener algo parecido a un futuro junto a mí. El único que no me ha dejado sola a pesar de que a veces me lo he merecido. Eres el único al que no le ha importado mi forma de ser y no ha huido de ella, si no la ha aceptado y a la vez me ha enseñado a ser mejor. El único que de verdad confía en mi y cree en lo que hago y quiero, el que siempre está ahí, diciéndome la verdad y enseñándome a aceptarla y a aprender de ella. El único que se ha parado a escucharme de verdad, el que me ha entendido y ha sabido que decir y cuando, y cuando callar y abrazarme. Eres inexplicable.. eres lo que nunca imaginé que podrías ser. Eres lo que nadie nunca será para nadie. Eres ese silencio que hace ruido, que marca, que deja huella. Siempre me he quejado de que la vida ha sido demasiado injusta conmigo, de que he sido su sparring, su chica de entrenamiento, a quien hundir y hacer daño cuando quisiera. Hoy sé que no es así, que mi dolor es lo que me hace ser quien soy, quizás no muy distinta a las demás, pero con algo aprendido. Hoy sé que hay quien lo ha pasado peor y calla, y quien se queja el doble cuando lo ha tenido todo por delante. Pero eso no importa, lo único que sé, que lo que un día la vida se llevó de mi, sin preguntar siquiera... ha merecido la pena. ¿Por qué? Porque me lo ha devuelto con el mayor regalo que podría darme nunca, te ha traído a ti a mi vida. Te trajo y me enseñó a luchar por ti. Y muchas veces estuve a punto de quedarme en una batalla tendida. Porque era una lucha difícil y amarga. Pero sea como sea, saqué fuerzas de un amor diferente al resto, y hoy puedo escribirte esto. He intentado ser siempre lo más valiente que he podido, he intentado no desistir... y a pesar de que a veces me he quejado como la que más, espero haber estado a la altura de las circunstancias. Para mi no ha acabado, porque siempre hay que levantarse y luchar... yo no te tengo, no te tendré nunca, aunque tú creas que eres mío. Quiero enamorarte cada día, quiero que cuando despiertes en mi cama en vez de en la tuya, lejos de tu casa y tu familia, mires al lado y pienses "merece la pena". Quiero ser cada día de tu vida, esa sonrisa. Quiero que me ames para el resto de la eternidad, en esta y todas las vidas que tengamos. Tu eres el mayor orgullo de mi vida, eres mi premio... y quiero ganármelo a cada segundo. ¿Y sabes por qué? Porque lo único que tengo claro en la vida son dos cosas: La primera que soy irremediablemente tuya, y eso es algo que nadie puede cambiar. Y la segunda, que sea lo que sea lo que esté en mitad del camino, te quiero a mi lado.
Gracias, por ser inexplicable, por estos dos años, por lo que pasó, pasa y pasará. Por esta historia. Por haber sido y ser el único. Gracias mi vida, por hacer de nosotros, algo más que un amor. Por hacer de nosotros seis letras.
Taytas ♥
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