Llega un momento en tu vida, que alguien aparece y te hace
una pregunta que en ese instante es una estupidez, y a la que no sabes que
contestar. “¿Cuál ha sido el momento más bonito de tu vida?” y tu dices... “y
yo que sé, me quedan tantos momentos bonitos por vivir”... Pero luego, llegas a
casa y te pones a pensar… y te vienen miles de recuerdos que son capaces de
hacerte sonreír.
Para mí tu eres el mejor momento del mundo. Desde pequeña he
tenido que saber más que otras niñas y niños, y no porque sea más inteligente,
si no porque así lo ha querido el destino. Cuando tu naciste… aún recuerdo que
para mi eras lo mejor del mundo. Y siempre que me han preguntado “¿A quien
quieres más a papá o a mamá?” yo he respondido”a mi hermano”. Lo cierto es que
desde que tú naciste mi única preocupación era protegerte: que no vieras,
oyeras, vivieses y fueras como lo que teníamos ante nuestros ojos. Quería que
tú no tuvieses que mentir, ni que llorar… quería que fueses diferente y
tuvieses otra oportunidad de tener una infancia normal.
Cuando te preguntan por el mejor momento, piensas en cuando
te casas, en cuando tienes un hijo y formas una familia. En cuando te gradúas,
cuando superas una enfermedad… piensas en cosas que tienen que llegar y que
marcaran un antes y un después en tu vida.
Yo ayer estuve pensando… ¿cuál fue el momento más bonito de
mi vida? Y me respondí al mirar una foto. Fuiste tú. Cuando llegué a casa y te vi
por primera vez, tan gordito y feo... en la cuna, llorando y tapado. Eras mi
esperanza. Eras un “todo iba a cambiar”. Siempre has sido quien ha avivado mi
rabia... mis ganas. Cuando te miré por primera vez, supe que todo tenía que ser
diferente, al menos para ti. Lo cierto es, que aunque no fue como yo pensaba,
las cosas cambiaron, cambiaron a lo grande… y alguien se fue. ¿Para bien? ¿Para
mal? ¿Qué más da? Alguien se fue y dejó un vacío, y las cosas cambiaron para
todos. Y yo cambié. Me distancié, te aparté de mi vida como si ya no
existieses. Haciendo mi camino, sin contar contigo, creyendo que fui la única a
la que una pérdida le afectó… olvidando que con nuestros más y nuestros menos,
seguíamos siendo una familia. Y a veces, a una le hace falta distanciarse,
echar a fuera todo lo que ha sufrido y nunca ha dicho a nadie. Le hace falta
hacer daño, para que alguien entienda el daño que a ella le hicieron. A veces
una… se vuelve egoísta y siente miedo. Y todo le parece una amenaza, de todo se
queja y de todo el mundo piensa mal. Desconfía, teme… y se queda sola por miedo
a volver a pasarlo mal. ¿Pero sabes? La gente no ve eso. La gente solo ve que
eres una amargada con diecisiete años y que ya no tienes ilusión por nada, más
que por escribir. Pero nadie se pone en
tu lugar, se pregunta porque te pones seria al recordar, ni porque quieres
estar sola. Porque comprender y escuchar es mucho más complicado que juzgar
sabes. Y ya no sabes disfrutar nada, porque todo lo bueno que has tenido en el
mundo, te lo han acabado arrebatando. Y entonces, te vuelves fría, te creas tus
muros… y asientes, sonríes y sigues, pero en el fondo, todos y cada uno de los
seres que te rodean, te dan igual. Tienes miedo de confiar, de ilusionarte, de
creer… de querer. Tienes miedo de cada molécula de aire que hay a tu alrededor…
porque sabes que un día… se acabará. Y me encerré en mi mundo, creyendo que era
la única que tenía problemas, creyendo que era la única a la que le afectaba. Y
hoy, siento que me he perdido cosas contigo. Siento que ya no te trato ni te
protejo igual que cuando éramos pequeños. Siento que te he descuidado. Y me
cuesta perdonarme algo así.
Cuando pienso en el mejor momento de mi vida, quizás lo que
se me venga a la mente, el más precioso… fue cuando me dijeron “vas a tener un
hermanito”. Quizás si me tengo que quedar con algo, me quedo contigo. Siempre has
sido lo primero, y desde hace dos años… ya no lo demuestro. He pasado a ser o
la hermana carca y pesada con quien pelearte, o la hermana invisible. Y te
haces mayor… y veo como ya, tú también quieres tú camino, tu independencia. Y
lo entiendo. Y siento que… ya no puedo jugar más contigo, o llevarte al parque.
He perdido esos momentos que no supe valorar porque fui egoísta. Los he perdido
para siempre.
Confío en darme cuenta de que no debí pagar contigo lo que
pasé o sufrí, he entendido que tú estás en medio… de una vida que no tienes que
pagar. Y te prometo que lo siento. Eres lo más importante del mundo para mí,
daría mi vida por ti, mataría por ti. Y es hora, después de tanto tiempo, que
vuelva a demostrarlo.
Eres el mejor momento de mi vida, mi mejor historia. No lo
olvides nunca.
Te quiero, hermano.
te quiero hermana
ResponderEliminary comenta desde mi cuenta de google jajaja tequiero enano, mucho mucho ♥
ResponderEliminar