viernes, 7 de septiembre de 2012
Amor: con seis letras. (parte-1)
Ahora, solo me queda escribirte aquí. Digamos que lo que antes te decía mirándote a los ojos o escribiéndolo en una carta que te dejaría encima de tu cama, a la que llegarías mediante un juego absurdo de niños, escondiendo papelitos con pistas por toda la casa. Pistas que te llevaban a mi vida, a mi mundo, a mi amor, a mis ganas. Pistas que te acercaban cada vez más a entrar a ese lugar del que queriendo o sin querer, te hiciste dueño y señor. Ese que se esconde en el pecho y ahora que no estás, parece haber cesado sus latidos. Ahora, solo aquí puedo contarte lo que siento, pienso y quiero, aunque teniendo en cuenta a quien va dirigido este texto, tu todo eso ya lo sabes, lo sabes desde siempre. Podría inundarte a recuerdos maravillosos, que tal vez te hagan sonreír, recuerdos en una playa alejados del mundo, en la puerta de una azotea, de un bloque lleno de vecinos, escondidos y enamorados. Recuerdos de una niña idiota que corre a la puerta de una iglesia para encontrarse con lo que más quiere en el mundo. Recuerdos que ahora se escriben en un trozo de papel, y nos disponemos a guardar en esa caja, junto a los otros papeles que han formado parte del libro de nuestra vida, un libro que ya, no vamos a escribir juntos. Me has enseñado a amar y lo que es el amor, lo que vale la gente, la vida, la propia felicidad. Me has enseñado como dos seres tan diferentes, se pueden llegar a amar hasta tal punto, de parecer un amor increíble. Y ojalá pudiese odiarte. Te lo digo de corazón, ojalá pudiese odiarte, pensar en ti y que me llegues a dar asco y repugnancia, tener claro que a pesar del dolor, no volvería a besarte nunca más. Pero lo cierto es que solo se pensar en la última vez que tu piel fue mi piel, que tu boca fue mi boca, la última vez que fuimos nosotros. Y no un triste "tú y yo". ¿Recuerdas cuando te pedía que pararas el tiempo? ¿Por qué no lo hiciste? Dime.. ¿por qué no lo paraste justo en esa parada de autobús, cuando aún podíamos estar juntos, cuando aún podía despertarme cada mañana contigo al otro lado de la cama? ¿Por qué no lo paraste ahí, cuando nuestros sueños entrelazaban nuestros caminos, haciéndolo uno solo? ¿Por qué?.. ¿Lo recuerdas? Sigo odiando esa pregunta. Quizás ahora la odie con todas mis fuerzas, con cada resquicio de este estúpido corazón echo añizcos.. la odio. Pero en la vida no hay tiempo para "ojalases". Has decidido tu camino, has afrontado las dificultades y ahora, eres feliz. Al menos en gran parte, y aunque no me acuesto feliz, al menos lo hago tranquila. ¿Cuándo volveré a escribirte? Mañana, dentro de un mes, un año tal vez. No lo sé. Pero espero que cuando lo vuelva a hacer, mi dolor, el dolor de un amor que se ha roto, haya merecido la pena, para que cada noche al acostarte, lo hagas teniendo eso tan bonito que no todos tenemos el placer de tener siempre; "las ganas de levantarte al día siguiente de la cama". Suerte amor, suerte, y gracias. Te amo y te amaré siempre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es impresionante, me ha gustado mucho. Espero leer mas cosas así. Un saludo.
ResponderEliminar¡Me alegra mucho que te haya gustado! Yo también espero que sigas leyendo cosas que sean de tu agrado. Saludos :)
ResponderEliminar